Una viene de vacaciones más suelta y relajada. Con ganas de que la diversión continue, la fiesta, las risas y se encuentra con una invitación a participar en un taller de cabaret.
¡qué suerte la mia, oigan!
Todas las tardes durante una semana para mover el trasero y pasarlo bien. Bailar, respirar, serpentear… JUGAR.
BIEN.
Bueno, pues NO.
De repente un vocecita interna sube el volumen: mal, mal, mal.
Tú no eres sexy, y aunque lo seas,
está mal hacer esto.
¿perdona? ¿quién esta monja que viene a arruinarme la fiesta? Intento bajarle el volumen y seguir con la diversión, cada vez suena más fuerte en mi cabeza y mi cuerpo deja de serpentear y se pone tenso. Meto en una caja de zapatos un par de deseos y sigo inténtandolo…
Hasta que me rindo:
NO PUEDO
Me avergüenzo de no poder.
Me dan envidia las que pueden.
No quiero mostrarme así de inquisidora, censora, reprimida.
No quiero que me vean así pero… si soy honesta conmigo, con todo el mundo pero sobre todo conmigo, ESTO es lo que hay.
Me doy permiso, me acepto en esta incapacidad y me dispongo a sanar:
Soy la INquisidora
¿acaso el teatro, el cabaret, no va de esto?
Gracias a Histeria Kolectiboa por crear el espacio y sostenernos.
Ole x la sinceridá y OLE x tus Oh!variox!!!
el cabaret, el baile y la diversión están en el alma no en el cuerpo….tu tienes alma de cabaret y de lo que te de la gana!
besos