Abandono la lucha.
Entrego las armas.
No voy a más combates.
No soy una guerrera.
No quiero estar más en guerra.
Esta no es mi guerra.
Ninguna guerra es la mía.
Hoy mi compromiso conmigo y con todas las mujeres del mundo es ejercer todos mis derechos sin pedir permiso.
Me comprometo a cambiar el verbo luchar por escuchar.
Me comprometo a cambiar el verbo combatir por vivir.
Me comprometo a exponerme, publicarme, alzar la voz, cobrar por mi trabajo lo mismo que un hombre.
Me comprometo a callar solo para pasar a la acción.
Me comprometo a abrazar a todas las que no son como yo.
Me comprometo a reír, llorar,
desobedecer, gritar, saltar, bailar, follar
siempre que me de la gana,
con quien me de la gana,
donde me de la gana.
Me comprometo aponer el amor en el lugar que antes ocuparon las armas.
Abandono la lucha. Emprendo la vida.